FORMOSA


PROVINCIA DE FORMOSA


ASPECTOS GEOGRAFICOS Y SOCIO-CULTURALES

  ASPECTOS GEOGRAFICOS

 Localización y características físicas
La provincia de Formosa limita al norte y al este con la República del Paraguay, al oeste con la provincia de Salta y al sur con la provincia de Chaco.
El territorio provincial está dividido en nueve departamentos: Bermejo, Formosa, Laishí, Matacos, Patiño, Pilagás, Pilcomayo, Pirané y Ramón Lista.
Se encuentra entre los paralelos 22º 30’ y 26º 40’ de latitud Sur y los meridianos de 57º 30’ y 62º 25’ de longitud Oeste. Por su vértice noroeste pasa el trópico de Capricornio.
Abarca una superficie de 72.066 Km2 y se encuentra, considerando de Este a Oeste, a una altura media de 75 a 200 metros sobre el nivel del mar. Le corresponde así, por su ubicación geográfica características climáticas subtropicales a tropicales.
Se encuentra ubicada en la provincia geológica Chaco Pampeana, específicamente en la región fisiográfica Chaqueña. Es una Planicie suavemente ondulada, cubierta por sedimentos de la era Cuaternaria. La topografía natural del terreno es casi plana con pendientes exiguas que van del 10,0,3% en sentido noroeste - sudeste y del 0,16% en sentido norte- sur. Las cotas altimétricas son de 55 m sobre el nivel del mar en el este y de 210 m sobre el nivel del mar en el oeste, lo que sirve para caracterizar  a una de las regiones del mundo con más bajo potencial morfogenético.
Los sedimentos que recubren el ámbito provincial corresponden a la era Cuaternaria y de acuerdo al medio que los transportó se dividen en:
Aluviales generales: son las deposiciones que están en relación con el accionar de los grande ríos (Bermejo, Pilcomayo y Paraguay).
Aluviales locales modernos: relacionados con deposiciones en los cauces internos (por ejemplo riacho Porteño, Salado).
Aluviales locales fósiles: son aquellas deposiciones  que dieron origen a los antiguos albardones de paleocauces.

Arcillas y limos que han sido removidos de otros sitios y llevados en suspensión por las aguas de escorrentía para ser decantados finalmente en depresiones naturales: esteros y bañados
El período - dentro del Cuaternario - que tuvo mayor incidencia en la deposición de sedimentos que dieron origen a los suelos y al modelado del paisaje, tanto por su actividad como por su duración, fue el Pleistoceno.

 Clima Provincial
El clima de la Provincia de Formosa presenta características tropicales a subtropicales. La diferenciación climática es más marcada de Este a Oeste que de Norte a Sur, con incremento del grado de aridez y continentalización.
En la provincia encontramos dos tipos climáticos diferentes, debido a la variación de la humedad y de la temperatura. La parte oriental mantiene las condiciones de clima tipo subtropical sin estación seca por efecto del aporte de humedad de los vientos provenientes del anticiclón del océano Atlántico Sur, presentando precipitaciones medias anuales cercanas a los 1.200 mm. Hacia el oeste, debido al menor efecto de los vientos húmedos del este, bajan las precipitaciones medias anuales a un valor cercano a los 700 mm. En esta zona, las precipitaciones mensuales tienen una gran dispersión diaria, por lo cual en dos o tres días puede precipitar toda la lluvia mensual. Como a la vez se produce un incremento de la temperatura media anual, el tipo climático es tropical con estación seca, concentrándose ésta en los meses de Julio a Septiembre, con lo que se afecta el proceso de floración y fructificación de los cultivos.
La temperatura media del área oriental es de unos 22° C y de 22,5° C hacia el oeste, en el límite con la provincia de Salta. Debe recordarse que la localidad salteña de Rivadavia, a menos de 25 Km. del límite con Formosa, es el lugar de mayor temperatura media de la Argentina.
Los vientos dominantes son del este y del nordeste, ambos cálidos, y en el invierno soplan vientos del sur (Pampero), que pueden ocasionar heladas.

 Consecuencias y Limitaciones Impuestas por el Clima

Independientemente del análisis técnico de los datos climáticos y de los balances hídricos, existen otras consideraciones que surgen de una evaluación directa. Una es de carácter torrencial de las precipitaciones imperantes en el verano y su gran dispersión estadística.
Así por ejemplo, en la zona oriental, se concentran en pocas horas o en un día, láminas de agua superiores a los 100 mm., que se acumulan originando esteros y bañados. La gran dispersión, lleva a veces, a que se produzcan años muy lluviosos o muy secos, con carácter de catástrofe.
Este carácter de aleatoriedad se agudiza hacia el Oeste, donde llegan a producirse condiciones favorables para la erosión hídrica, agudizado por la falta de cobertura vegetal y el mal manejo de los cultivos y pasturas. Según los datos recogidos en campaña, la presencia de cursos de agua intermitentes, de vegetación del tipo xerófila, la alta evaporación en represas y espejos de agua, el bajo contenido de humedad en el suelo y las prácticas de riego aún en épocas lluviosas, evidencian que el déficit hídrico es muy elevado. Sin embargo, los balances hídricos conocidos no marcan un contraste tan pronunciado. Esto se debería a la falta de registros durante períodos largos de tiempo, que abarquen épocas lluviosas y épocas secas.
Porque las lluvias, que suelen estar concentradas, ya sea en horas, días o meses, también lo están en intervalos más prolongados. Produciéndose períodos de sequía que, con intermitencia, se prolongan por el término de varios años. Como consecuencia de esto, se secan las acumulaciones naturales y artificiales de agua, y se acrecienta el déficit hídrico.


 Rasgos Hidrográficos


El sistema hídrico formoseño forma parte de la Cuenca del Río de Plata y presenta características muy particulares.
Los tres ríos más importantes de la provincia de Formosa constituyen sus límites naturales, Pilcomayo al norte, Bermejo al sur  y Paraguay al este.
La mitad oriental de la provincia está surcada por riachos y arroyos de escasa importancia que discurren de Oeste a Este, casi paralelos entre sí; son temporarios de bajo caudal y sus albardones altos, sumados a la baja pendiente del terreno, impiden el libre drenaje y encauzamiento de las aguas, lo que da origen a grandes esteros y lagunas en las zonas más bajas, digamos de carácter permanente, como los esteros Bellaco y Gallego. En general, todos presentan escasa o nula conexión con los sistemas de ríos, drenando por sus partes centrales, desarrollando sistemas de cañadas, cárcavas (arroyos Pucú y Formosa) y cursos con albardones, anchos y de poca profundidad (riachos Mbiguá y Lindo).
Existen también meandros y cauces abandonados, que permiten la formación de ríos de carácter irregular y temporario, y los denominados "madrejones" o "pozos", que son acumulaciones permanentes de agua que cobran vital importancia, en las épocas de sequías prolongadas. Estos madrejones son en realidad parte de los cauces abandonados o ríos muertos, pertenecientes tanto al Sistema del Río Pilcomayo como al del Río Bermejo, o a otros sistemas fluviales ya fenecidos; entre los más característicos podemos mencionar al "Madrejón de Las Lomitas", al "Pozo de Maza", "Pozo del Quebracho" y los madrejones formados en las áreas de antiguos derrames del Río Pilcomayo Superior, entre Fortín Nuevo Pilcomayo y Salto del Palmar.
Formosa, en lo que hace a las inundaciones rurales, presenta dos áreas bien diferenciadas: una es la zona comprendida entre el límite con la provincia de Salta y la localidad de Comandante Fontana y la restante, al este, desde esta localidad hasta el río Paraguay que tiene condiciones similares a la región mesopotámica en lo que hace al régimen de precipitaciones y temperaturas.
En el oeste provincial el espacio entre los ríos Bermejo y Pilcomayo presenta trazas de sistemas hídricos remotos, con numerosos paleocauces y madrejones, sin que pueda definirse un curso de agua estable. Las inundaciones rurales provienen de crecidas de los ríos Bermejo y Pilcomayo que se vuelcan sobre zonas bajas y anegadizas, como es el caso del “Bañado La Estrella”, influenciada por los desbordes del río Pilcomayo. En cambio, es menor la influencia de las precipitaciones sobre las inundaciones debido a que se compensan con la elevada evapotranspiración. Debe tenerse en cuenta que, en esta zona, el ciclo sequía - inundación se da en forma continua, razón por la cual las soluciones apuntan (tipo estructural) a la construcción de obras “hidroviales” que retienen en bañados o áreas bajas, el volumen de la crecida, procurando que los excesos vuelquen al cauce de los ríos, y que el resto, tomando en cuenta las pérdidas por evaporación y evapotranspiración, puedan utilizarse como bebida para ganado e, inclusive, para riego. De la misma manera, estas obras hidroviales sirven de defensas urbanas, habiéndose elaborado varios proyectos de este tipo. Hay, en esta zona, una colisión entre las inversiones necesarias para el control aluvional y la rentabilidad de las explotaciones, más aún, cuando en su mayor parte son ganaderas.

Suelos 

Suelos con Aptitud Agrícola y Ganadera

El Departamento Técnico de Manejo y Evaluación de Suelos perteneciente a la Dirección de Aguas y Suelos, ha realizado en base al Mapa de Suelos a nivel de reconocimiento, un agrupamiento de grandes unidades cartográficas, tomando el criterio de porcentajes de representación de los suelos agrícolas y ganaderos.
Surge de esta manera el mapa de "GRUPOS DE SUELOS CON APTITUD AGRÍCOLA Y GANADERA", de gran utilidad para una primera orientación sobre los posibles usos productivos.
Con el apoyo de otra fuente podemos mencionar la siguiente distribución:
¨             Suelos aptos para agricultura en más de un 70 %. En total aproximadamente 970.000 has – 13,54 %
¨             Suelos aptos para agricultura entre 50 y 70 %. En total aproximadamente 1.110.000 has – 15,41 %
¨             Suelos aptos para agricultura en menos del 50 %. En total aproximadamente 2.416.000 has – 33,55 %
¨             Suelos no aptos para agricultura. Solamente admite planificación pecuaria y/o forestal. Aproximadamente 2.700.000 has – 37,49 %.
De acuerdo con los estudios realizados a nivel de reconocimiento, se puede decir que la erosión hídrica y eólica se ha manifestado notablemente en las áreas explotadas, sobre todo en aquellos suelos sujetos a un uso intensivo, con sobrepastoreo, monocultivo, fuego, desmonte irracional, etc. Es decir que la provincia, si bien cuenta con una disponibilidad aceptable de suelos de buena calidad, requiere en todos los casos, de un adecuado plan de manejo.



Suelos con Aptitud Forestal

Sobre la misma base del Atlas de Suelos se realizó un agrupamiento de unidades cartográficas "Asociaciones de suelos", dando relevancia a los factores edáficos mas relevantes como profundidad efectiva, anegamiento, salinidad, alcalinidad, drenaje, textura, etc., para determinar tres grupos de aptitudes denominados A, B, y C, según el orden de importancia de sus atributos y limitaciones edáficas más relevantes que inciden en el desarrollo y crecimiento esperado de las especies forestales.
El mapa "GRUPOS DE SUELOS PARA LA APTITUD FORESTAL" ofrece una orientación de las cualidades básicas de los suelos, para decidir planes de forestación y/o enriquecimiento masas forestales.


PRODUCCIÓN AGRÍCOLA

CULTIVOS EXTENSIVOS

 ALGODON

La Provincia de Formosa incorpora a su actividad económica el cultivo del algodón en la década del 30 y tuvo una rápida expansión en las zonas centro-este de los Departamento Pirané y Patiño; al sudeste en los Departamento Pirané sur y Laishí; al noreste en los Departamento Pilcomayo y Pilagás; y más recientemente en la zona del Polo de desarrollo del Oeste Formoseño.

En la década del 70 y 80, el cultivo alcanzó niveles de siembra y producción récord, totalizando en la campaña 77/78 una superficie de 113.000 has y 105.000 toneladas.

Alrededor de la década del 90 los precios internacionales comienzan a deprimirse, impactando en el sector algodonero y su superficie comienza a disminuir alcanzando en la campaña 99/00 la escasa superficie de 7.399 has.

A partir del cambio de Gobierno en el 2002 se visualiza una nueva situación económica, la industria al importar fibra para satisfacer su demanda, permite recuperar el precio del textil que se trasmite a la producción, ocasionando el aumento del área de siembra. 
Campaña
Sup. Semb.
en ha.
Sup. Cosecha. En ha.
Producción
tn
tn/ha
1977/78
113.000
113.000
105.000
0,93
1990/91
77.000
53.900
44.198
0,82
1998/99
34.965
34.965
27.972
0,80
1999/00
7.399
7.399
10.358
1,40
2000/01
23.940
23.940
25.000
1,04
2001/02
8.300
8.300
16.600
2.00
2002/03
15.850
15.384
26.152
1.70
                                                                                              

En la campaña 2002/03 la tonelada de algodón en bruto se pagó la suma promedio de $ 1.050, lo que nos permite estimar un movimiento de                   $ 27.459.600 en la provincia.

En la actual campaña 2003/04 se estima una siembra de aproximadamente 30.000 hectáreas.

Más del 70 % del área sembrada se realiza en pequeñas superficies, desarrollada por más de 8.500 pequeños productores que operan con mano de obra familiar.

ESTRATOS

N° PRODUCTORES

Sup. Menor a 10 ha.
8.500
Entre 10 y 50 ha.
2.607
Mayor de 50 ha
148


El gobierno provincial atiende a este sector, considerando este cultivo como un medio de contención social del pequeño productor en el campo y teniendo en cuenta este concepto, el Ministerio de la Producción busca aumentar los rendimientos con nuevas técnicas de cultivos, como la siembra directa en pequeñas propiedades, o a través de alternativa de alta rentabilidad como la obtención del algodón orgánico.

 



SOJA
En los años 80, se realizaban ensayos de este cultivo y sus distintas variedades, alcanzando en la campaña 86/87 un fuerte impulso, porque se estimula su siembra a través de un crédito orientado y supervisado del Banco de la Provincia de Formosa.
En la década del 90 su superficie no supera las 1.000 has sembradas en toda la provincia, variando la misma según los años. Con la crisis del algodón que se visualiza a partir de la campaña 91/92, de la cual los precios internacionales no se recuperan y ocasionan él quiebre de Cooperativas, Desmotadoras y Empresas Textiles, el productor formoseño sufre el atraso tecnológico, descapitalización y no tiene acceso al crédito por el endeudamiento del sector, así, grandes áreas de siembra comienzan a quedar en un  total estado de abandono.
A partir de la última década del siglo 2000 la Argentina entra a cambiar su sistema tradicional de siembra por un Sistema Moderno:  “ La Siembra Directa”.
Debido a este nuevo sistema y al cultivo de la soja que se transforma en la vedette de las Oleaginosas, comienza a instalarse en el ámbito de la Provincia un sector de Empresas dedicada a la siembra de este poroto.
Los sectores empresariales provienen, primero de la Provincia de Santa Fe y luego de la Provincia de Salta, contratando la tierra de los productores que por lo enunciado anteriormente no tienen capacidad  de trabajo. Especializados en este cultivo y con la tecnología del Sistema de Siembra Directa, comienzan a trabajar las chacras existentes en la zona del departamento Pirané Sur, Laishí, Pirané Centro, Patiño Norte y en la Región Oeste que se realiza el cultivo bajo riego.
Como se puede observar este cultivo se puede realizar en ambiente de alta variabilidad tanto en suelo, como climática ( lluvias, temperaturas, vientos, etc.).
Este cultivo es de fundamental importancia tanto por la diversificación de la producción, como para la cadena de rotación de cultivos.
Los estudios de posibilidades realizados en las distintas áreas de la provincia, ha determinado la aptitud agro ecológicas como buena y muy buena para el desarrollo de la soja.
Es importante planificar el cultivo basándose en esquemas de alta producción, para obtener mayor seguridad de cosecha y resultados rentables.
Por el amplio período de siembra de la soja, desde principio de septiembre a fines de febrero, se determinaron dos épocas bien definidas, que posibilitan mayor seguridad de cosecha, como así también realizar dos cosechas en la misma campaña agrícola.
La primera época de siembra, denominada temprana – primavera, constituye una nueva alternativa de producción y se realiza en los meses de septiembre y octubre, con factibilidad de cosecha a fines de enero- febrero.
Una época de siembra intermedia , desde noviembre a mediados de diciembre, con períodos húmedos en la cosecha en marzo – abril, que limitan buenos resultados y deterioro en la calidad del grano.
Una época tardía de mediados de diciembre a fines de febrero, con mayor seguridad de cosecha para mayo –junio.
El cultivo comercial de la soja demanda cultivares de buen comportamiento agrícola, como ser:
-       Amplia adaptación.
-       Alto potencial de rendimiento en grano, buena calidad comercial e industrial.
-       Buen comportamiento ante las enfermedades, al desgrane y al vuelco.
-       Mayor seguridad de cosecha.

Campaña
Sup. Semb.
en ha.
Sup. Cosech. en ha.
Producción
tn
tn/ha
2000/01
1.500
1.300
3.900
3,0
2001/02
7.500
7.331
9.530
1,3
2002/03
9.000
8.530
18.063
2,1






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